En Phoenix College Málaga hay varias vías de acceso.
Algunas veces nos eligen los propios estudiantes. Son ellos quienes piden ser cambiados de colegio para venir a Phoenix los dos años cruciales de bachillerato. Otras veces son sus padres quienes nos eligen porque buscan conscientemente una mejor educación para sus hijos.
En ocasiones, padres e hijos están de acuerdo.
Cambiar de colegio no es una decisión fácil. Elegir Phoenix tampoco lo es. Requiere un acto de valentía. Porque Phoenix College Málaga es hoy en día una alternativa diferente. Para empezar, por lo obvio: estamos en un piso en el centro de Málaga. Los estudiantes no llevan uniforme. No tenemos grandes instalaciones deportivas y nuestro patio es el casco histórico de Málaga. Pero tenemos laboratorio. Y lo usamos.
Entendemos que todo esto es novedoso, poco convencional o diferente. Y eso siempre asusta.
En nuestras clases hay máximo 12 alumnos. Y esto también asusta. Porque estos números limitados van de la mano de un mayor compromiso:
El compromiso del profesorado con sus estudiantes, la marca y el sello de la casa, aquello por lo que nos eligen. Nuestro profesorado siente un profundo respeto por su trabajo y por el presente y el futuro de su alumnado. El compromiso de los estudiantes, que aquí en Phoenix tienen nombre y apellidos, no son un número más y por tanto no desaparecen ni pueden pasar desapercibidos en la multitud de una clase de 30.
Con frecuencia, los alumnos que nos eligen por sí mismos y no porque lo decidan sus padres, son alumnos académicos que ya venían sacando buenas notas en sus colegios de origen. Estos alumnos brillantes no son nuestro mérito porque brillarían en cualquier contexto. Pero en Phoenix encuentran el lugar en el que fortalecerse, crecer y prosperar educativamente al dar contenido real y solidez a sus buenas notas. Un lugar en el que prepararse bien para la siguiente etapa del camino.
Cuando son los padres quienes eligen el cambio de colegio, a menudo es porque han decidido dejar de aceptar que una educación internacional de baja calidad sea lo normal. Han decidido atender este asunto ahora que llega el bachillerato y poner lo académico por delante de lo social y lo convencional. Con frecuencia, estudiantes con bajo perfil académico mejoran con nosotros sus notas. Esto es sin duda relevante en esta etapa preuniversitaria, pero lo más importante es que entran en un contexto educativo donde se respira el compromiso.
Un contexto educativo en el que se promueve el pensamiento crítico, la fascinación por el conocimiento y la curiosidad por la experimentación. Un contexto educativo donde “atención personalizada” no es un vacío lema de marketing.
Elegir todo esto requiere valentía. Requiere saber qué se quiere en la vida y apostar por ello. Requiere atender lo que quizás venimos posponiendo y mirar de frente nuestras alternativas. El compromiso con la educación requiere valentía y esfuerzo. Y dicen que el mundo es de los que se atreven.
Por eso Phoenix está lleno de valientes, alumnado, profesorado y padres, incluso aunque ellos no sean conscientes de su hazaña.